El exfuncionario K Guillermo Moreno fue procesado en las últimas horas por corrupción en el club de fútbol que fundó en el Mercado Central cuando era secretario de Comercio Interior.

El juzgado federal de Morón, a cargo de Elpidio Portocarrero, juzgará a Moreno por “administración fraudulenta y malversación de fondos públicos” por la creación en 2011 del Club Atlético Mercado Central, un club de fútbol que iba a competir en torneos oficiales de AFA.

En ese momento, además, se construyó un gimnasio para entrenamiento de fútbol y boxeo con fondos provenientes del organismo que conducía el -por entonces- poderoso secretario y varios empleados del Mercado Central fueron reubicados para trabajar en la administración y el mantenimiento del lugar.

El proyecto no prosperó: unos meses después de la fundación se llegó un acuerdo privado con el club Sacachispas, por lo que las instalaciones terminaron siendo regenteadas por una entidad privada.

Además de Moreno fueron procesados cuatro exdirectivos del Mercado Central que estuvieron involucrados en el proyecto.

No se trata del único problema que Moreno tiene en la Justicia: está previsto que este 19 de abril se inicie en el tribunal federal número 8 de Comodoro Py un juicio en su contra por repartir guantes de boxeo en una asamblea de Papel Prensa.

La historia del Club Sacachispas Mercado Central

Todo comenzó en 2011 cuando los varios directivos crearon la Asociación Civil Club Atlético Mercado Central con el objetivo de darle la posibilidad a jóvenes humildes de practicar fútbol, boxeo y otros deportes en el lugar. Pero, para eso, habrían cedido terrenos del organismo público para a esa entidad privada.

En 2012, además, el flamante equipo de Moreno acordó con Sacachispas Fútbol Club funcionarse para llamarse Mercado Central Sacachispas. Luego firmaron un contrato con Alpargatas SA para poder usar el nombre del otro cuadro.

Para la Justicia, “eso demostró que la intención de Moreno de incursionar en el ambiente del fútbol estaba en la creación del club por lo cual resulta más que evidente que sus fines benéficos para esos jóvenes era una fachada” para desviar fondos estatales.