El comercio electrónico propicia una serie de beneficios, entre ellos la posibilidad de comprar desde casa, aunque también esconde algunas desventajas. Entre estas últimas aparecen las posibles estafas, incluyendo el envío de empaques que no contienen el producto adquirido por Internet. Para concretar ese fraude, en un momento de la cadena alguien reemplaza el bien valioso por un elemento cualquiera.
Esta desagradable situación se repitió hace algunas jornadas en Colombia, donde una mujer compró una notebook en una plataforma de e-commerce y recibió una caja con tablas de madera en el interior. Un video muestra la escena, cuando la damnificada abre el paquete frente al repartidor.
La sorpresa llega cuando detrás del plástico y del cartón aparecen listones que sirvieron para generar un peso que simule la presencia de una computadora en la caja. A pesar de ese ardid, la víctima notó que la caja era liviana y decidió abrirla frente al repartidor, para que el fraude quede registrado y con un testigo directo. El video fue más tarde divulgado por un periodista local en su perfil de Facebook y pronto se hizo viral en las redes.
“¡Me robaron, se robaron mi computadora!”, exclama la mujer en pleno llanto. De acuerdo a los reportes, la mujer reside en Bogotá, igual que la persona que la estafó.
Estafas similares: algunos antecedentes
El caso de la computadora reemplazada por maderas no es el primero en su especie. En septiembre de 2020 nos enteramos que un mexicano compró un iPhone SE en una tienda online y ¡recibió un jugo de frutas! El hombre explicó que el repartidor entregó el paquete, pidió una firma y se marchó. Recién dentro de su casa abrió la caja y encontró la indeseada sorpresa.
“Mi esposa fue la que abrió el paquete en la cocina, por eso de limpiarlo y desinfectarlo, y salió con el jugo en la mano, con la boca abierta y no sabía por qué lo traía. Fue cuando me dijo que era lo que venía en la caja”, recordó el damnificado.
Anteriormente supimos de casos que, aunque no encajen precisamente en fraudes, sí dan cuenta de que el comercio electrónico en ocasiones no es 100% eficiente. Desde los clientes que compraron ropa por Internet y casi terminan presos por narcotráfico, pasando por el hombre que pidió una consola y a su casa llegó una caja con preservativos, hasta el jubilado que recibió una máquina de ejercicios que nunca pidió.
Hay más: en enero de 2020 conocimos el caso de una mujer en Estados Unidos que compró una waflera para su nieta, el padre de la nena recibió el producto en su casa, pero el mismo no era nuevo tal como decía la publicación. Para colmo, dentro de la máquina había un panqueque viejo.
En marzo de este año una mujer en China compró por Internet un iPhone 12 Pro Max y recibió un yogurt con sabor a manzana. Más de 1.500 dólares es demasiado dinero por un postre. ¿Qué pasó? Tal como hemos visto en ocasiones anteriores, en el camino alguien se llevó el producto original y lo reemplazó por un objeto sin valor.